lunes, 8 de abril de 2013

A un Dios de vivos

Quiero vivir. No más muerte,
ni llanto, ni lágrimas
No más cruz, pues Dios también vive


Y cuando Dios habla
elige el rostro del amigo
y te sostiene en la mano
del hermano que camina contigo
No te deja caer, ni te olvida rezagado
pues te alienta con las palabras
de las personas que tienes a tu lado
te limpia el sudor de la frente
endurece tus pies de barro.


Cuando Dios susurra
lo hace en el grito del niño
o en el pausado andar del anciano.
Dios te abraza, te envuelve
con el azote del viento
y bendice tu vida
como gota de lluvia


Dios vive. Está aquí
en frente de ti, en tu pecho
está escondido en tu risa
encerrado en tu llanto.
Dios vive. ¿Sigues sin verlo?
Es alto de montaña y río en el desierto
Es de asfalto, de hormigón, de metal
tan solo tienes que parar a olerlo
entre la flor en primavera
bajo la nieve de invierno.


Dios vive y cuando te llama
cuando sientes la voz en su oído
hablándote despacio con tu nombre
quemándote lentamente con su presencia
ya no hay muerte, ni llanto
ni lágrimas, ni cruz
sólo hay vida
Su vida
la Vida. 

Rafa Ruiz 

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